Nuestros abuelos solían sentarse a la puerta de su casa con los amigos y tenían una conversación tranquila sobre los asuntos del pueblo. La conversación era la manera en que nuestros abuelos tenían conocimiento del mundo y de la gente de su entorno. Las personas hablaban y se escuchaban.
Con las asambleas que seguimos realizando por los barrios queremos recuperar el espíritu participativo de este pueblo, no sólo durante estas fechas, sino como una nueva y renovada forma de entender la gestión. En mi opinión, ésta debe basarse siempre en la toma de decisiones con el conocimiento de lo que piensan nuestros vecinos.
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