Facturas sin pagar que suman casi un millón de euros; expedientes de ayudas sociales sin tramitar; cuantiosos gastos superfluos, como pueden ser 12.000 euros en castillos hinchables sólo entre enero y mayo de 2015; ordenadores formateados y teléfonos móviles de alta gama rotos; contratos firmados sin dotación presupuestaria y facturas con informe negativo del interventor; un presupuesto anual prácticamente dilapidado en apenas cinco meses; partidas presupuestarias de fiestas, entre otras, a cero euros; ayudas sociales sin dotación económica a partir de Agosto… 

Ésta es una mínima parte del desaguisado que me he encontrado a mi llegada a la alcaldía y que he tratado de reflejar en la entrevista que publica hoy miércoles el periódico El Día. Se trata de una situación que sólo podremos reconducir con esfuerzo, dedicación y trabajo constantes.

Juan Manuel Acosta