Santa Úrsula ha sido y es, desde hace siglos, un pueblo con un profundo fervor a sus costumbres y tradiciones, lugar de olor a tierra recién arada y sacrificio campesino, de paisajes imposibles de soñar, único en todos los sentidos y en el que se profesa una emotiva devoción y fe religiosa.
Como cada año, la llegada del mes de Octubre trae consigo la celebración de las Fiestas Patronales en honor a Santa Úrsula y a Nuestra Señora del Rosario. Muchos han sido los acontecimientos que han rodeado a esta imagen desde que está entre nosotros, hitos que han servido para construir la historia del municipio que hoy conocemos.
Hablar de Santa Úrsula es hablar de Da María de Gallegos, propietaria de los terrenos sobre los que yace actualmente el templo de la localidad. Cobra especial relevancia la fecha del 9 de Julio de 1612, momento en el que la dueña impuso como condición para ceder su propiedad que la iglesia estuviese dedicada a Santa Úrsula, motivando así que el pueblo adquiera esta denominación con posterioridad.
No hay un símbolo de unión mayor que éste, que ha trascendido durante siglos, en los buenos y malos momentos, gracias a un pueblo que se esfuerza de modo especial en momentos adversos por salir adelante y que hace más grande la celebración dando ejemplo de todo lo bueno que se puede conseguir cuando el acuerdo, el entendimiento, la concordia y el afecto presiden los distintos ámbitos de nuestras vidas.
Las fiestas que hoy celebramos cuentan con momentos entrañables en lo religioso y en lo lúdico. Pero, sobre todo, cuentan con la generosidad de la gente anónima que trabaja, de manera desinteresada, para que se mantenga y se proyecte una tradición ligada a nuestros antepasados, a unos hombres y mujeres que nos transmitieron unas costumbres y enseñanzas que este pueblo siempre ha procurado y sabido mantener. A todos ellos, mi más sincero agradecimiento.
Juan Manuel Acosta Méndez
Alcalde de Santa Úrsula
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